Muñecas deshinchables

El número de Vogue USA trae un "mal y conveniente ejemplo" de primera mano.
La modelo Kim Noorda se presta a contar los "problemas alimenticios" (llamémoslo así) que ha padecido desde enero de 2009.
Kim se encontraba en el límite de peso para padecer anorexia el pasado año. Su justificación es haber aprendido a comer "un poco menos" con su profesión.
Dada la voz de alarma, la modelo ingresó en un programa de desorden alimenticio en Nueva York. Fue su agente quien desató la preocupación en ella, algo muy raro teniendo en cuenta que son estos los que normalmente obligan a las modelos a perder peso.
Noorda estaba aterrada al comienzo de esta rehabilitación. Tanto que mencionaba a la psicóloga cómo dos kilos que prácticamente no se ven, en la industria de la moda es mucha grasa. "Cada gramo de grasa se ve en la moda".
Menos mal que al final Kim engordó 6 kilos y dejó de jugar con el único elemento que la tiene en pie, su cuerpo.

¿Qué opináis al leer este testimonio? ¿Créeis que la delgadez extrema de las modelos es una moda cada vez más en desuso? ¿O seguirá siendo una corriente al uso? ¿Quiénes son los culpables de esta predilección esquelética: estilistas, diseñadores, modelos, naturaleza?

2 comentarios:

  1. la delgadez es bonita, eso es así, pero estamos tan hartos de testimonios de este tipo que ya da como pereza. No me creo que dos kilos se noten en una tia de metro ochenta, y la culpa de este tipo de comportamientos creo que la tenemos todos un poco.

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  2. Me parece muy fuerte. Está claro que las modelos tienen que estar delgadas, pero no enfermas...

    Por cierto, te he dejado un premio en mi blog;)

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